El espíritu de 2456: Más allá del rugby

Hay momentos que definen el rumbo de una vida. Para nosotros, ese momento llegó en 2013, en un vestuario de Sudáfrica, cuando cuatro jugadores de Los Pumas levantamos una copa de Malbec después de un partido que jamás olvidaríamos.

Lo que comenzó como un brindis entre hermanos se transformó en algo mucho más profundo: la comprensión de que el rugby y el vino comparten la misma esencia. Ambos requieren precisión técnica, trabajo colectivo y respeto absoluto por el origen. Ambos se disfrutan mejor cuando se comparten.

Así nació 2456 Wines en el corazón de Mendoza, donde cada hilera de viñas nos recuerda que los grandes logros nacen del trabajo silencioso, constante y compartido.

Más que Vino: Una Filosofía de Vida

Cuando elaboramos nuestros vinos, aplicamos la misma mentalidad que nos llevó a representar a Argentina en los campos de juego más importantes del mundo:

Respeto por el terroir - Como respetamos a cada rival, respetamos cada parcela de nuestra finca, entendiendo que la grandeza viene de honrar lo que tenemos.

Trabajo en equipo - Desde nuestro amigo y enólogo Gonzalo Mazzotta hasta quienes comunican el vino, cada persona es fundamental. No hay protagonismos individuales, hay sinfonía colectiva.

Precisión bajo presión - En los momentos decisivos del partido, como en la vendimia, la diferencia la hace la preparación y la ejecución perfecta.

Legado compartido - Cada botella que creamos está pensada para ser disfrutada en compañía, para crear memorias que perduren generaciones.

En el rugby de élite, hablamos constantemente de "alto rendimiento": esa búsqueda incansable de la excelencia en cada detalle. En 2456 Wines, trasladamos esa filosofía a cada proceso de elaboración.

En 2456 Wines, cada etiqueta tiene una historia que contar, y nuestra conexión con el rugby es clave en cada una de ellas.

Una historia nacida entre amigos, forjada en la cancha y embotellada en Mendoza.